¡Hola a todxs!

Hace un par de semanas que vengo pensando en lo difícil que es seguirle el ritmo a las redes sociales. Principalmente a Instagram. Cuando volví de vacaciones me encontré con una infinidad de blogs hablando del cambio de algoritmo que se venía este año, proponiendo ideas para evadirlo y para poder llegar a más personas, exigiendo diferentes cantidades de publicaciones diarias en las stories para poder estar permanentemente en el feed de nuestrxs followers. ¿En qué momento nos convertimos en máquinas de posteos? ¿Por qué tenemos que estar corriendo siempre atrás de una herramienta que se supone que tiene que facilitarnos el contacto con nuestra audiencia en lugar de complicarnos el asunto? ¿Dónde queda el disfrute por compartir lo que hacemos si el solo hecho de pensar qué publicar nos agobia?

Con todas esas preguntas en mi cabeza, llegué por «casualidad» al perfil de Tania Lasanta, donde encontré dos palabritas que le dieron forma a todo eso que sentía en relación a la comunicación instagramera: Slow Instagram.

Slow Instagram

Le escribí preguntándole de dónde había salido ese concepto, me dijo que era solamente una idea que había tenido mucha respuesta. Evidentemente somos muchxs lxs que nos sentimos un poco sobrepasadxs con la cantidad de información que ha aparecido en el último tiempo en relación a esta red social. Para mí esas dos palabras no eran una simple idea, tenían fuerza de postulado, de manifiesto sobre cómo quería hacer las cosas de ahora en más. Desde ese momento empecé a repensar mi trabajo en Instagram, a ser más consciente del tiempo que le dedicaba y a tratar de hacer foco en lo verdaderamente importante: ganar lugar en la mente de nuestra audiencia, y no en el feed de una aplicación.

Por eso, vengo con una propuesta para aquellxs emprendedorxs que se sienten agobiadxs por esta red, que realmente quieren construir una marca sólida que perdure más allá de los inevitables cambios del mundo virtual: que la herramienta no tape la estrategia. Ningún algoritmo le gana a una marca bien pensada, a publicaciones con sentido, a contenido creativo diseñado según los intereses de nuestra audiencia. Ese es el verdadero motor de la interacción y de la generación de comunidades.

Teniendo muy presente esta premisa, estas semanas llevé adelante algunas acciones que me permitieron reelaborar algunas ideas y reencontrarme con mi trabajo en esta red de una manera menos caótica. Acá las comparto:

1- Volvé a revisar el contenido: tomate el tiempo para analizar cuáles son las publicaciones que mejor funcionaron en tu feed. Evaluá alcance e interacción, identificá temáticas y formatos que mejor resultaron y tenelos presentes para diagramar tus futuros posteos, así vas a ir menos al tun tun.

2- Fijá tiempos de conexión: Desde hace un tiempo dejé de estar atenta a las notificaciones de Instagram. En cambio, decidí dedicarle 20 minutos por día a cada cuenta que gestiono para responder comentarios públicos y privados, para agradecer menciones y para darle like o comentar cuentas específicas que pueden ayudarme a conectar con mi público. Haciendo foco en lo importante reduzco el tiempo operativo y puedo emplearlo en trabajar el contenido.

3- Buscá aliados: La unión hace la fuerza, claro que sí. Sin dudas las publicaciones que mejor resultan son las compartidas, las que tienen menciones a otrxs emprendedorxs o las que forman parte de dinámicas más grandes. No te subas a todas las movidas instagrameras, pensá estratégicamente si te sirven o no, aliate con otrxs que busquen tu mismo público y hagan sinergia. Así los resultados son mejores y el esfuerzo es compartido.

4- Que no te gane el ego: ¿Cuántas veces te subiste a un trending topic o corriste con alguna novedad únicamente para que tu competencia no salga primero? Enfocate solamente en generar contenido que aporte valor a tu audiencia. Si no suma, no lo hagas.

Para cerrar, les dejo un video de Tania que tiene más ideas sobre cómo repensar nuestra forma de vincularnos con Instagram. Si te sentís abrumadx por esta red social, si pensas que venís corriendo de atrás y que nunca llegas a publicar lo que querés, te recomiendo que lo veas:

¡Hasta la próxima!